Parmenides fue otro filósofo presocrático que vivió durante los años 540 a.C-470 a.C.
Él rechazaba el devenir (o el cambio), pues sostenía la afirmación del ser, o sea, "el ser es uno y la afirmación de la multiplicidad que implica el devenir, y el devenir mismo, no pasan de ser meras ilusiones". Por lo tanto, Parmenides consideraba al ser como algo perfecto, algo indivisible, inmutable, inmóvil y eterno. Se oponía a Heraclito.
Entonces, para Parmenides el cambio no existía, pues el ser siempre es, y no podía ser algo que no era antes, pues sería contradictorio; el ser era todo lo real y el “no ser”, simplemente, “no es”.
“Es necesario que sea lo que cabe que se diga y se conciba. Pues hay ser, pero nada, no la hay."
"…Y es que nunca se violará tal cosa, de forma que algo, sin ser, sea."
“Es necesario que sea lo que cabe que se diga y se conciba. Pues hay ser, pero nada, no la hay."
"…Y es que nunca se violará tal cosa, de forma que algo, sin ser, sea."
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